jueves, 13 de agosto de 2009

La Formación de un Cinturón Negro

La mayoría de los sistemas suelen tener un mínimo de tres años para ir pasando de grados a través de una estructura propia, por ejemplo, de blanco a negro.La formación de un cinturón negro en Sanshou Chiao no es tarea fácil. Requiere dedicación y mucho trabajo. Expongo aquí diez sugerencias para ayudarle a mantenerse enfocado y motivado en la consecución de ese cinto negro.

1. Concéntrese en el primer paso:

Es común el caso de que usted está mirando demasiado lejos en el tiempo? Lo importante es que se centre en conseguir superar el primer obstáculo del camino, luego el segundo y así sucesivamente. Esto puede parecer demasiado obvio, pero la realidad indica que la mayoría de los que abandonan la práctica es porque pensaron que podrían encontrar atajos y con el menor esfuerzo posible. Es también común creer que porque pueda imitarse algunas técnicas avanzadas (obviamente sin la consistencia ni aptitud necesaria) se está en condiciones de pasar al siguiente paso. Usted debe realmente hacer un trabajo duro en los aspectos básicos y construir una base sólida sobre la que crecer, no hay otro camino. Por lo tanto, dedicar tiempo a las técnicas simples que se aprenden por primera vez, es dedicarse a tener fundamentos sólidos en la base para lograr un cinto negro en cualquier sistema.

2. Escuche a su cuerpo:

Si no se siente 100% en sus niveles de energía y se siente con bajo rendimiento, puede ser el caso de que se entrena demasiado duro. Aunque lo más común es que su cuerpo simplemente reacciona a todas las diferentes tensiones de su vida cotidiana.

Las tensiones, podrían ser sobre el trabajo, la mala alimentación o incluso emocionales producidas por el estrés. Tal vez sea el momento de detener la mente y examinar la forma en que vive su vida. Recuerde sin embargo que todo pasa y los problemas también. No se dé por vencido.

3. Haga lo que le guste:

Estar con un grupo de gente en la clase que comparta sus mismos intereses en el entrenamiento ayudará a disfrutar de lo que se hace y además es muy importante para mantenerse motivado para llegar a su cinto negro. Si usted es el tipo de persona que goza de sparring y la participación en los torneos, pero la estructura de las clases y el trabajo realizado en su gimnasio gira en torno a la defensa propia o si el entrenamiento está apuntado a torneos y a usted eso no le interesa, es posible que necesite hacer cambios. O bien puede hacer conocer su opinión respetuosamente a su instructor y que cosas le gustaría hacer más dentro de los programas, o puede ser simplemente el caso de que la clase no sea adecuada para usted.

4. Visualice:

Un buen truco para conseguir un mayor rendimiento de una dura sesión de entrenamiento, es visualizar cómo se sentirá en el final de la misma. Sea positivo e imagine cómo se sentirá durante el descanso, a sabiendas que usted ha mantenido un esfuerzo máximo en todo momento y dio lo mejor de si mismo. Mirándolo a largo plazo, visualice cómo se va a sentir con el cinto negro y el respeto que obtendrá de si mismo y de otros estudiantes.

5. Resista la tentación de faltar a entrenamientos:

El simple hecho es que uno debe recordar, que un cinto negro se logra sólo a través de arduo trabajo y compromiso. Es difícil cuando es verano y prefiere quedarse en casa sacándose la idea de trabajar con altas temperaturas, cuando lo “sabio” sería quedarse fresco en casa y se haya decidido a comer y ver la televisión por la noche. Tampoco es fácil salir después de llegar a casa en pleno invierno y dirigirse al gimnasio. En realidad las cosas no son fáciles ni difíciles, solo hay que hacerlas, es una forma de disciplinarse. O si se quiere como la rutina de tener que ir a trabajar, claro que aquí nadie lo obliga y lo hace porque es lo que usted eligió. Claro, ésto no cuenta para aquellos que hoy quieren ser cintos negros, ayer era ser patovicas y mañana tenistas. Los Estudiantes que entrenan al menos dos veces a la semana independientemente de los elementos serán quienes alcancen su cinto negro.

6. Establezca metas alcanzables:

Ya se trate de ejecutar determinada técnica, una combinación de patadas o aumentar su resistencia, es fundamental establecer metas alcanzables. Tal vez comenzar con cinco objetivos que desea lograr en un período de seis meses es algo razonable.

Posibles ejemplos de metas son:

• Obtener un puntaje alto en su próximo examen de grado.

• Hacer 70 abdominales o un conjunto de ejercicios.

• Ganar su próxima competencia.

• Lograr esa técnica que no le sale bien.

• Entrenar una sesión extraordinaria en la semana.

• Comer una dieta más equilibrada.

Recuerde que debe mantener objetivos simples de corto y mediano plazo y no se fije metas inalcanzables.

7. Rompa la rutina:

Entrena dos veces a la semana en su club o gimnasio y en el período de tiempo que lleva aún no ve una mejora y empieza a perder el interés Puede ocurrir que se encuentre en una situación en la que se sienta aburrido de la práctica. Ésto puede deberse a dos razones; o bien usted no entiende el entrenamiento, para lo cual sería muy importante evaluar su rutina semanal con su profesor, o bien que las sesiones de entrenamiento son muy generales y usted necesite personalizar algo más los entrenamientos. Considerar ésto debería ser obvio en todos los profesores, pero por desgracia no siempre es así. O también podría ocurrir que usted se encuentre en la categoría mencionada en el punto 5 y realmente el problema no sea el programa sino usted mismo.

8. Monitoree su progreso:

Necesita monitorear si en verdad, esta aprendiendo. A veces se llega a una meseta en su formación y es el simple hecho por el que no avanza. Es necesario distinguir entre lo que está experimentando y lo que necesita experimentar, y luego hacer cambios en consecuencia. Consulte con su profesor, seguramente juntos harán los cambios más apropiados.

9. Planee su tiempo de formación sobre una base semanal:

Si realmente queremos lograr el cinto negro que estamos buscando no se debe entrenar menos de 5 horas por semana, por lo menos durante los próximos cuatro años. Si sabe que durante la semana es posible que no pueda cumplir el horario de clase busque otras maneras de hacerlo.

Tal vez sería muy productivo hacer una sesión de revisión técnica de veinte minutos los días que no entrena en el gimnasio. De esta forma sobre una base semanal su mente estará enfocada en su constante formación y de las respectivas técnicas que tiene que saber.

10. Refuerce las razones por las cuales entrena:

¿Cuál es la principal razón por la que entrena Sanshou Chiao? La actitud es necesaria para que pueda mantener el deseo de permanecer comprometido y dedicado, no porque tiene que hacerlo, sino porque quiere. Para llegar al cinto negro se tiene que entrenar duro y hacer sacrificios por lo que es importante reforzar los valores de su formación.

Por último, si usted ya pasó por todas estas etapas y está por rendir su tan ansiado examen, aquí van unas últimas recomendaciones:


1. No debe ser un Cinturón Rojo que va a examinarse de Cinturón Negro: debe ser un Cinturón Negro que va mostrar que lo es

En un examen tendremos mostrar al jurado que tenemos un determinado nivel. En este caso, que tenemos el nivel de un Cinturón Negro. Debemos por tanto haber alcanzado ese nivel antes del examen. Si no es así, deberíamos seguir entrenando hasta alcanzarlo. Un aspirante a Cinturón Negro debe ir al examen a recoger lo que es suyo…

2. Es fundamental que tenga confianza en su técnica y en su examen

Si usted no se siente confiado y seguro de si mismo, será difícil que un jurado vea a un Cinturón Negro, y no a un Rojo aspirante.

Todo, absolutamente todo lo que prepare para su examen debe estar perfectamente dominado. Hasta el detalle más insignificante. Y repetido hasta la saciedad, de forma que cada movimiento sea algo natural para usted. Esa es la única manera de que se sienta seguro, y de que pueda transmitir esa seguridad al jurado. Su examen, sus técnicas, su exitación...han de convertirse casi en un "amigo" para usted. Es posible que, incluso cuando pase el examen, lo extrañe...

3. Tanto en los entrenamientos como durante el examen, el espíritu es la base de todo

Concentración, perseverancia, actitud marcial...todo ello debe verse reflejado en su técnica, y en su examen. A veces las deficiencias técnicas puntuales pueden pasar a un segundo plano si el espíritu del aspirante es el adecuado. Sin embargo, un examen correcto técnicamente pero que no transmite ese espíritu tal vez no merezca el grado de Cinturón Negro. Eso sí, escape de la teatralidad: no hablamos de gestos para impresionar a nadie, sino de vivencia auténtica del arte del Boxeo Chino.

4. La imagen y las formas cobran más importancia en el examen

El jurado no lo conoce. No sabe cómo es. No sabe si es humilde o arrogante, no sabe si es extrovertido o reservado. Su imagen, su forma de caminar, su uniforme/vestimenta...dicen cosas de usted que el jurado ha de interpretar. Por eso debe tenerlo en cuenta. No hace falta ir hecho un pintura, pero sí aseado, con ropa limpia, caminar con confianza y saludar...personalmente creo que los saludos, como muestras de respeto y humildad que son, nunca están de más y sin embargo si se puede notar su ausencia. Así que ante la duda...salude.

5. Ajuste las técnicas a sus características y posibilidades

A veces queremos ser más de lo que somos. Y otras, pensamos que lo complejo es mejor que lo simple. Pero no es así: ¿o es más efectiva una luxación mal hecha que parece funcionar con la ayuda del compañero que una simple patada al muslo? Tenemos la posibilidad de elegir las técnicas de nuestro examen precisamente para adaptarlas a nuestras características. No haga patadas altas si no tiene suficiente elasticidad, no haga giros o técnicas complicadas si no es capaz de controlarlos, no haga al compañero técnicas espectaculares si no son reales y efectivas... Esto no significa que ante las dificultades se rinda y cambie la técnica, porque entrenando se aprende, pero siempre que ese movimiento esté dentro de sus posibilidades. Es preferible lo simple bien hecho que lo complejo mal ejecutado.

6. Sin apuros, pero no se rinda

Se encontrará en su preparación con dificultades que deberá superar. Pero llegará un momento en que el examen esté listo. No se exija a si mismo estar listo para una fecha determinada: prepara su examen y entrene, y preséntese cuando se sienta preparado. Y si el examen sale mal, si no aprueba, no se venga abajo. A veces las cosas no salen, y solamente es cuestión de seguir entrenando. Le puedo asegurar que la satisfacción cuando lo consiga superará con creces esa pequeña decepción. Y piense que todo el trabajo que ha hecho le ha servido para mejorar notablemente como artista marcial. La verdad es que el proceso de preparación, todo lo que ha aprendido y entrenado es muchísimo más importante que el resultado del examen. Inténtelo de nuevo y verá.

7. El Cinturón Negro no es la meta final, sino el punto de partida

Hasta la obtención del Cinturón Negro ha estado aprendiendo técnicas y aplicaciones, que le dotaron de un repertorio como luchador de Sanshou Chiao. Ha sentado unas bases para, a partir de ahora, empezar a aprender el arte de verdad, eligiendo las técnicas, tácticas y estrategias a trabajar y haciendo un trabajo más cualitativo que cuantitativo. Cuando obtiene el Cinturón Negro, ya no tiene que preocuparse de cómo colocó el pie o de cerrar bien las defensas: ya sabe hacerlo. Puede ahora prestar más atención al porqué de las cosas o simplemente dejarse llevar por la sensación y el espíritu de la práctica. El Cinturón Negro no es la llegada, sino la salida.

lunes, 10 de agosto de 2009

Dureza Mental II


Situaciones críticas de defensa personal y supervivencia urbana



"La fuerza no esta en los medios físicos, sino que reside en una voluntad indomable..."Mahatma Gandhi.



La dureza mental es el punto clave de la filosofía de la supervivencia en las calles como en cualquier otra situación extrema.
Esta forma de entender la realidad implica tener un solo propósito. Exponer el carácter en la acción, y la habilidad para olvidar el menor daño, la presión del oponente y los temores temporales.

Ante circunstancias extremas debe seguir adelante, no importa cuales sean los obstáculos, simplemente rechácelos, y cuando las cosas se tornen mas difíciles, usted también se tornara mas firme y ganara.

Esto es lo que significa la dureza mental y es una característica que cada persona que pretenda aplicar eficazmente las técnicas de autodefensa aprendidas en el gimnasio debe desarrollar, ya que poder realizarlas con éxito no es un trabajo fácil. El aprendizaje va más allá de aprender a defenderse contra golpes y patadas, ese aspecto es solo físico y generalmente acompañado de movimientos inútiles o poco realistas, porque carecen de la carga de una situación de estrés.



DESARROLLANDO LA CAPACIDAD DE ACTUAR ANTE EL PELIGRO.

Considero como parte importantísima del entrenamiento el desarrollo de la mentalidad ofensiva.
La “Programación Neurolingüística-Ofensiva” (PNL-O) es el ingrediente principal para lograr dicho desarrollo mental, es una técnica de entrenamiento que puede llevar a cabo cualquier persona preocupada por su seguridad.
El objetivo de la PNL-O consiste en implantar de manera permanente en el subconsciente del individuo una invaluable herramienta cuya principal función es el total dominio sobre las emociones propias en momentos de agresión a su persona y un incremento notable en su capacidad para tomar decisiones y llevarlas a cabo. Los puntos más importantes que abarca la PNL-O son los siguientes:
1) Relajación: Con la finalidad de lograr una comunicación eficaz con su “yo interno”, es necesario eliminar las distracciones del ambiente y encontrarse en un estado perceptivo y de concentración.
2) Nivel Alfa: Normalmente nuestro cerebro funciona como una radio, es decir, por ciclos de frecuencia; cuando estamos despiertos y activos nuestro cerebro trabaja en nivel beta. En el nivel alfa se disminuye la frecuencia de las ondas cerebrales, o sea, es como estar semidormido. Tal es el estado de percepción ideal para “grabar” en su subconsciente toda la información que quiera.
3) Autoafirmación de objetivos y elaboración de escenarios mentales: Aquí trabaja por medio de la autoprogramación, archivando en su cerebro lo que desea en términos de “mentalidad ofensiva” por medio de entrenamiento interno visual, auditivo y cinético (de movimiento y percepción), todo ello a nivel interno en su mente.
4) Despertar: La manera en que se despierta de su programación es muy importante, ya que debe hacerlo consciente de que sus objetivos son realidades, es decir, si dudas o no existe una disposición adecuada al cambio dentro suyo, entonces no le va a funcionar.
5) “Anclaje” por medio de la práctica: Es la parte física del entrenamiento de la PNL-O, la cual es necesaria para que se le quede bien estampado en el cerebro (anclado) todo lo que ha estado trabajando (alerta, estrategias, medidas preventivas, determinación para actuar atacando zonas vulnerables, huir, objetivos en general).

ALERTA.
Entrenar y mantener su estado de alerta trabajando para usted al 110% es tarea obligatoria, el criminal ataca rápido y con violencia tomando por sorpresa a sus víctimas dejándolas indefensas. Para evitar ser atacado por sorpresa debe de monitorear (como si fuera un radar) todo lo que ocurre a su alrededor constantemente con el fin de poder evitar, huir o atacar en caso de ser necesario.

DECISIÓN.
Trátese de un policía o de un civil, una persona debe tener la voluntad (determinación) para hacer lo que debe hacer con el fin de regresar vivo al hogar al finalizar su día de trabajo. Muchos sistemas de combate le dan importancia a factores como la velocidad y la precisión de la técnica olvidando que lo que verdaderamente cuenta es el factor de la decisión.
La determinación para actuar vence a la habilidad, si no tiene la voluntad todo su entrenamiento y armas son una pérdida de tiempo y dinero.
Los equipos S.W.A.T. de los Estados Unidos de Norteamérica son entrenados para actuar con decisión por medio de una técnica a la que ellos denominan “el proceso OODA” el cual responde a sus iniciales como sigue:
O = Observación, estar siempre alerta.
O = Orientación, ser capaz de detectar sospechas de riesgo.
D = Decisión, tomarla al momento, sin dudar.
A = Acción, actuar de manera simple, directa y efectiva con un compromiso total.

Hay un dicho que dice: “en caliente no se siente”, incluso ha habido casos de personas que han sido cortadas con navaja y no se percatan de ello sino hasta después de pasado el enfrentamiento, ello se debe a que en momentos de peligro nuestro organismo segrega una sustancia llamada adrenalina, la cual actúa como una defensa inhibiendo la capacidad para sentir dolor a la vez que incrementa nuestra capacidad física de respuesta (huir o pelear), pero en otros casos también puede actuar en su contra, es decir, paralizándole y quedándose congelado, incapaz de actuar. La solución para evitar el segundo efecto no deseado depende en gran medida de su preparación física, mental y emocional (PNL-O).

Por último quiero dejarles un pensamiento de uno de los más grandes entrenadores de todos los tiempos: Vincent Lombardi

Cada día en África, cuando sale el sol, un león despierta, sabe que deberá correr para cazar porque sino morirá de hambre.
Cada día en África, cuando sale el sol, una gacela despierta, sabe que deberá correr para salvar su vida.
Cada día cuando sale el sol, no importa si es una gacela o un león, lo importante es que empiece a correr.

sábado, 8 de agosto de 2009

Dureza Mental


Hay ciertos momentos durante la competición que conllevan un gran significado psicológico, y esto es cuando el ímpetu comienza a decaer. Estas situaciones requieren que el competidor siga enfocado y tranquilo frente a circunstancias difíciles.

En experiencias con luchadores de elite durante una confrontación apretada, tal como revertir un puntaje en contra luego de varios round por debajo en la tarjeta de los jueces; o al enfrentar un rival que ha roto el ritmo planeado por nosotros y necesitamos una victoria por K.O., o simplemente reaccionar a una mala decisión de arbitraje que nos coloca en clara desventaja.

Surgen aquí algunas preguntas decisivas:

¿Que sucede en éstos casos con nuestro plan?

¿El plan de ataque se arruinó?

Pensar en otras épocas en que las cosas no han ido bien de acuerdo a nuestros planes y como reaccionamos en esa circunstancia puede ser beneficioso. El camino hacia el rendimiento máximo es raramente un camino perfectamente liso y aprendemos de nuestros errores… o por lo menos deberíamos hacerlo. ¿Los reveses sacuden la creencia en nuestra capacidad y bajan la motivación o actúan como catalizador para incluso dar nuestro mayor esfuerzo?

Incluso los grandes atletas y equipos sufren reveses. Existe una importante transición desde cuando un atleta es joven e impetuoso a la etapa de competidor de nivel internacional, que después de experimentar con éxito sus primeros pasos, se encuentra que en niveles superiores de competición está por debajo de los requerimientos del alto nivel. Son en éstos casos cuando las estrategias psicológicas pueden convertirse en la clave para superar esa etapa de tensión competitiva. Aquí las fuerzas psicológicas y ocasionalmente las debilidades van a determinar si su preparación está acorde a las necesidades o se encuentra por debajo de ellas, determinando un factor importante en los resultados de la competición.

Habilidades mentales

La mayoría de los atletas y los coaches superiores creen que los factores psicológicos desempeñan un papel tan crucial como las cualidades físicas y habilidades técnicas en la preparación de campeones. Cuando las habilidades físicas se emparejan uniformemente… en todo deporte competitivo de alto nivel… el competidor con mayor control sobre su mente emergerá generalmente como el vencedor. La fuerza mental no va a compensar la carencia de habilidad, sino que en alta competencia puede ser la diferencia entre ganar y perder.

Una pregunta dominante para los psicólogos del deporte y entrenadores, es si los campeones simplemente han heredado los rasgos psicológicos dominantes necesarios para el éxito o si la dureza mental se puede adquirir con el entrenamiento y la experiencia. La investigación reciente ha procurado explorar el concepto de la dureza mental en el deporte más a fondo, y aparece que, mientras que algunas personas son por naturaleza, más resistentes que otras, la mayoría puede”ser endurecida” con el método correcto de entrenamiento.

¿Qué entendemos por dureza mental? Es probablemente más fácil definir en términos de cómo afecta el comportamiento y el funcionamiento del atleta. Un deportista mentalmente resistente posee las siguientes virtudes:

Alcanza rendimientos relativamente constantes sin importar los factores circunstanciales.

Conserva una perspectiva segura, positiva, optimista, aun cuando las cosas no vayan bien, y no se sofoca bajo presión.

Reparte su entrenamiento con distracciones sin dejarlas interferir con el ”flujo” óptimo.

Tolera el dolor y el malestar.

Sigue siendo persistente con lo que consigue resistencia.

Tiene la resistencia para sobreponerse a las decepciones.

Influye en su personalidad.

Estas características se relacionan obviamente con el éxito en la mayoría de las situaciones de la vida. Pero parece ser que algunos de nosotros podemos ser más resistentes que otros debido a rasgos de la personalidad y maneras inteligentes de hacer frente a las circunstancias.

La investigación de la personalidad siempre ha tenido una cuota de controversia…; generalmente porque los investigadores no han podido convenir en el acercamiento correcto para su estudio. Algunos afirman que el rasgo de personalidad estable y resistente está basado en las características individuales. Sin embargo, otros ven que la personalidad se forma por influencias ambientales, mientras que los “interaccionistas” ven los rasgos individuales y la influencia del medio ambiente como co-determinantes del comportamiento.

Recientemente, esta última posición ha tendido a predominar, basado en la visión que la estructura de la personalidad implica una base estable de actitudes, de valores y de creencia en uno mismo, con comportamientos variables y dinámicos que son influenciados por nuestro ambiente.

La investigación sobre la relación entre la tensión y la enfermedad ha revelado que algunas personas tienen características que actúan cómo” catalizadores intermediarios” contra los estresantes, haciendo menos probables las posibilidades de que se deteriore su salud en épocas difíciles.

Resistencia

La investigadora Suzanne Kobasa demostró en un estudio que una característica de la personalidad conocida como “resistencia” era un factor dominante que determina si los altos ejecutivos sometidos a altas tensiones sucumben a las enfermedades. Los ejecutivos fuertes, que evitaron la enfermedad, tienen tendencia a percibir los factores estresantes como “desafíos” más bien que amenazas, así que mantienen un sentido de control sobre los acontecimientos.

Kobasa sugirió que la resistencia incorpora tres elementos dominantes:

Control: la capacidad del individuo de ejercer influencia positiva, más que desamparo por la experiencia;

Misión: una negación a darse por vencido fácilmente; sin importar lo que suceda;

Desafío: implica la capacidad de las personas de crecer y de evolucionar más que estancarse, y de ver el cambio más positivo que la estabilidad como norma.

Hasta hace poco tiempo, pocos estudios habían procurado transferir el concepto de la resistencia a los compromisos del deporte y del ejercicio, pero son muy similares a la idea de la dureza mental comentada anteriormente.

El modelo “4Cs” de la dureza mental

En el trabajo de Kobasa, un equipo de la Universidad de Wisconsin propuso que la confianza (así como control, la misión y el desafío) era un elemento dominante de la dureza mental. Esto ha dado lugar al modelo “4Cs” de la dureza mental.

La investigación sobre dureza mental en el deporte se ha centrado en gran parte en las diferencias individuales, en las cuales la dureza mental se ve como característica relativamente estable. Sin embargo, la investigación anterior clásica sobre animales ha sugerido que el “endurecimiento superior” se puede alcanzar con la exposición a condiciones agotadoras y estresantes. Se observó un fenómeno de endurecimiento después de exponer animales a la natación en agua fría, al tratamiento de descargas eléctricas o a las inyecciones sobre un período de 14 días.

Específicamente, el decaimiento funcional que seguía al estímulo aplicado no fue observado después del período de 14 días. La exposición intermitente a los estímulos a que eran sometidos había conducido al parecer a los animales a ser más tolerantes y resistente a tales estímulos.

Aunque este descubrimiento no se transfiere necesariamente a los temas humanos, hay paralelismos con varias técnicas de uso general como intervenciones en ambientes del deporte.

Entrenamiento de estrés

Por ejemplo, una técnica conocida como “entrenamiento de la inoculación de la tensión” expone gradualmente al individuo a situaciones amenazadoras mientras que el autodominio se adquiere como medio de combatir el desánimo inteligentemente. Como respuesta la tensión disminuye gradualmente mientras que la exposición termina por hacer que el individuo se sienta menos amenazado y experimente un sentido cada vez mayor de control.

De importancia particular aquí es la idea que la exposición a la tensión en situaciones controladas es mucho más de gran alcance que la reducción o el retiro de la tensión, que no ayudarán a un individuo a hacer frente a la exposición futura al mismo agente estresante.

Un investigador ha propuesto cuatro influencias importantes en el endurecimiento, a saber:

Experiencias tempranas de la vida. Los estudios humanos y animales han demostrado influencia entre la exposición a los factores estresantes en vida temprana y miedo reducido cuando están expuestos a las amenazas en edad adulta;

Endurecimiento pasivo. La exposición intermitente parece proteger contra el agotamiento de las “hormonas de la tensión” y se une a sus cualidades en los niveles mentales más profundos. Es decir la gente se hace menos sensible y más tolerante de la tensión;

Endurecimiento activo. La buena salud ganada con el condicionamiento aeróbico se cree que es un medio importante para el auto-endurecimiento debido a la liberación de endorfinas. Esto se podía relacionar con el uso del control;

El envejecimiento. Esto tiene los efectos opuestos a los otros tres, tendiendo a hacer a las personas más sensibles y menos tolerantes a la tensión.

Claramente, el endurecimiento activo y pasivo son las aplicaciones más relevantes para los atletas y se pueden aplicar de maneras prácticas. El entrenamiento de la inoculación de la tensión es de beneficios obvios, pero probablemente los mejores resultados se logren con la ayuda de un psicólogo del deporte o un proceso de coaching especializado en deporte de alto rendimiento. Daré algunos ejemplos de cómo la sobrecarga mental se puede aplicar a las sesiones del entrenamiento para alcanzar un cierto grado de endurecimiento.

Entrenamiento de simulación

El entrenamiento de la simulación es una gran manera de prepararse mentalmente para los desafíos de la competición, y éste puede incluir estresantes mentales así como los estresantes físicos. Por ejemplo, un luchador (de cualquier deporte de combate) podría aumentar las presiones mentales en un combate de práctica a tres o más round comenzando cada round 1 o 2 puntos abajo, y así levantar su actuación después de arrancar perdiendo.

Un luchador con una sobre-confianza en su técnica preferida o en su potencia podría ser restringido alternativamente en su uso y ser forzado a utilizar una táctica diferente durante dos round de tres hasta aplicar extremadamente bien un plan alternativo y luego enfocarse en definir en el tercer round.

Para realzar la tensión aún más, los luchadores podrían practicar peleando en combate de práctica frente a una audiencia o “jueces” con marcada parcialidad (en su contra). El entrenador puede utilizar observaciones molestas durante la pelea o los ”espectadores” crear un malestar como manera de exponer al luchador intermitentemente a las distracciones y parcialidades que le dará práctica para ocuparse de ellas en la realidad.

El deporte de combate es una competición con un montón de alternativas dinámicas, así como de interrupciones durante las confrontaciones que pueden motivar enormemente como en el otro extremo hacernos dudar de nosotros mismos más allá de los acontecimientos. Con imágenes positivas de uno mismo y hablar durante los tiempos de descanso con el equipo es una estrategia que puede ayudar a conservar la calma y el control en forma eficaz. Los competidores mentalmente resistentes son aquellos que utilizan estrategias de automotivación y reafirmación de sus valores y de la creencia en si mismos en tiempos de crisis. Y estas estrategias pueden ser ensayadas en la práctica ante distintas situaciones.

Con una pequeña inventiva, el entrenamiento de la simulación se puede utilizar para la mayoría de los atletas, y la oportunidad de tratar con los factores estresantes mentales en situaciones controladas puede ser una manera inestimable de un endurecimiento superior con objeto de enfrentar verdaderos desafíos de la competición.

En el próximo artículo analizaremos la extrapolación de los conceptos de la Dureza Mental a situaciones críticas de defensa personal y supervivencia urbana, donde los factores estresantes van mucho más allá de la pérdida de una competencia, donde lo que se juega es la vida.

Referencias

Backley, S (1996) la mente ganadora: Una guía a alcanzar el éxito. Londres. Prensa de Aurum

Diario de la personalidad y de la psicología social, 37, 1-11, 1979

Medicina psicosomática, 37, 153-160, 1975

Weinberg, RS, y Gould, 1995) Deporte y psicología del ejercicio, p333. Chamán, cinética del ser humano de Illinois

miércoles, 22 de julio de 2009

El Arte de Entrenar


El Maestro o Entrenador es visto como un capitán de equipo, padre, comandante, modelo, fuente de sabiduría, guía, instructor, facilitador, iniciador, mediador, navegante, piloto de barco, y todo lo demás, mezcla de enfermera y Genghis Khan el Conquistador. Debe verse al Maestro como al creador de una cultura para el arte de enseñar una disciplina en forma efectiva, lo que a su vez genera el contexto para el buen entrenamiento.

Ver al maestro como creador de una cultura para el entrenamiento efectivo, es un nuevo paradigma para la enseñanza de Artes Marciales y Deportes de Combate. Por paradigma entendemos una serie de presunciones, verdades cotidianas y sabiduría convencional acerca de la gente y el trabajo en las organizaciones. El paradigma prevalente tiene que ver con el control, el orden y la obediencia. El Entrenamiento Efectivo en cambio, apunta a descubrir acciones que le dan poder a la gente para contribuir más plena y productivamente, con menor alineación que la que implica el modelo de control.

El Entrenamiento Efectivo no es una subespecie de entrenamiento, sino su núcleo esencial. Cuando los maestros son realmente efectivos, lo que está ocurriendo es que prestan especial atención a la individualidad de sus dirigidos, tanto que proponemos que el Entrenamiento Efectivo puede ser la diferencia esencial entre el maestro ordinario y el extraordinario.

La esencia del entrenamiento efectivo es tan elusiva como la esencia del arte en que se aplica. No podemos explicarlo después que ha ocurrido. Sin embargo el saber convencional sostiene que los maestros son más efectivos cuando aprenden las técnicas, principios y reglas prescriptos.

El postulado de que podemos saber, prescriptivamente, qué es lo que produce performance y que podemos controlar todos esos factores y variables son las principales barreras para lograr mejores resultados.

El Entrenamiento Efectivo continúa siendo esencialmente un arte, el arte de lograr que las cosas sean hechas por medio de las personas. Pensar en el entrenamiento como en un arte -más que como en una serie de técnicas- es potencialmente más fructífero, ya que lo reconoce como a algo más que a un mero conjunto de técnicas explícitas.

Verlo como un arte implica invención más que conformidad, práctica más que prescripción, sabiduría más que mero conocimiento.

Cuando se observa lo que hace un Maestro Efectivo, vemos con claridad que un maestro en acción se parece mucho a observar a un artista en acción.

Los maestros que le prestan atención a lo que está ocurriendo obtienen mejores resultados que los que intentan aplicar técnicas aprendidas de memoria, recetas fijas y modelos racionales.

El resultado del trabajo depende de la calidad de la comunicación (hablar y escuchar) entre el maestro y su gente.

La efectividad del maestro surge del nivel de asociación que se crea entre él y las personas con quienes, a través de quienes y por quienes es hecho el trabajo y se generan los resultados.

Los Maestros Efectivos son hábiles para generar un clima organizacional que le dé poder a su gente. El Entrenamiento Efectivo puede ser visto esencialmente como un arte basado en las personas, que se enfoca en la creación y mantenimiento de un clima, un medio y un contexto que le posibilita a la gente el logro de los resultados deseados. El Entrenamiento Efectivo, se refiere a la actividad de crear, por medio de la comunicación, el clima, medio y contexto que le otorga poder a los individuos y equipos para generar resultados.

Además de estudiar el modelo de los grandes maestros ¿Qué puede hacer un entrenador para transformarse en un buen maestro en un contexto de artes marciales y deportes de combate? La respuesta, por supuesto, depende del paradigma. En el paradigma prevalente, es probable que la respuesta sea casi técnica: ¿Qué acciones causales producen qué efectos específicos? En el nuevo paradigma del Entrenamiento Efectivo, la respuesta es: escuchar, especialmente para el compromiso y para la posibilidad de acción proveniente de ese compromiso. Escuchar es el medio primario para proveer el contexto necesario para el compromiso, la posibilidad y la acción relevante. Priorizar la escucha en lugar del control constituye un cambio en sí mismo.

Nuestra comprensión del poder de la relación de Entrenamiento Efectivo se basa en considerar que representa un cambio fundamental en nuestra manera actual de pensar la efectividad en entrenamiento. Este cambio nos da la posibilidad de un extraordinario aumento de la efectividad, siempre y cuando estemos dispuestos a poner en tela de juicio algunas de nuestras formas habituales de pensar con respecto del entrenamiento de combate.

Se trata de cambiar desde un paradigma preocupado por la autoridad jerárquica, el orden y el control (además de una motivación basada en la inseguridad) a uno basado en la asociación para el logro de resultados y el compromiso de colaborar en lograr nuevas posibilidades más que en mantener viejas estructuras. Estamos pegados a un modelo que intenta controlar y, más concretamente, especificar la conducta de los deportistas para mejorar la efectividad y competitividad. Lo que falta son personas comprometidas a lograr excelentes resultados y con poder para hacerlo, y ese es el objetivo del Entrenamiento Efectivo.

El Entrenamiento Efectivo es un nuevo paradigma, en donde exige un nuevo conjunto de competencias entre las que se incluyen la conducción de las personas y las tareas. Evers, Rush y Berdrow (1998), definen competencia como “Asegurar que se realice el trabajo que debe ser realizado, por las personas apropiadas y midiendo y evaluando los resultados, contrastándolos con los objetivos prescritos”.

Realizar entrenamientos efectivos y alcanzar las metas va más allá de la supervisión de la asistencia a los entrenamientos, la puntualidad y la eficiencia. Incluye llevar a los deportistas a lograr los más altos niveles de productividad exigidos por el ambiente competitivo. Para alcanzar estos niveles, se requiere de compromiso, orientación a las metas, alineación en el propósito, motivación y percepción de igualdad y justicia. Esto implica involucrar, compartir, aprobar y guiar. Aquellos que son supervisados necesitan tener un sentido de dirección y los recursos requeridos para lograr sus tareas. Necesitan la autoridad para tomar decisiones a tiempo y aprovechar oportunidades. Igualmente necesitan la información para evaluar sus resultados.

Hoy en día, el desarrollo de entrenamientos productivos esta basado en un modelo de beneficios mutuos, de cooperación y con un fuerte sentido de responsabilidad.

La conducción de las personas que integran el equipo y de las tareas incluye: coordinación, toma de decisiones, liderazgo influencia, planificación y organización, así como el manejo de conflictos.

La situación actual del deporte de combate, sea amateur o profesional, hace imperiosa la actualización permanente y crecimiento de una fuerza competitiva altamente calificada y motivada. Para el logro de esto, las organizaciones están descubriendo que las competencias de Dirigentes y Entrenadores deben cambiar. Con el objeto de obtener un máximo desempeño de la fuerza competitiva, mas que “directores” necesitamos “maestros efectivos”.

Todos los miembros de un equipo tienen diferentes talentos y distintos niveles de habilidades. Por eso, se es responsable de lograr resultados con esa mezcla especial de personas, es decir, mantenerlos inspirados, motivados y trabajando juntos para el logro de los objetivos de su organización.

Los mejores maestros son aquellos que saben como motivar a los demás para que tengan éxito en su desempeño, como mantener el esfuerzo para el logro de los objetivos, como creer en si mismo y como sobreponerse a los fracasos.

Un Entrenamiento Efectivo se basa en un proceso de diseñar el futuro, de enfocarse en aquello que queremos que pase, por el contrario de analizar el pasado o enfocarse en aquello que ya pasó.

Un Maestro Efectivo es un facilitador de objetivos. Apoya y acompaña a conseguir lo que deseamos más rápidamente y con mayor facilidad.

En Entrenamiento Efectivo se analiza la situación actual, se definen los objetivos que se quieren conseguir y se establece un plan de acción para el logro de esos objetivos.

Entrenamiento Efectivo es un proceso que nos mueve de donde estamos hoy a donde queremos estar en el futuro.

jueves, 28 de mayo de 2009

Realidades de una confrontación




Existen muchos mitos dentro de las artes marciales y métodos de defensa personal en general que en ocasiones hacen que la gente tenga creencias erróneas sobre lo que funciona y lo que no, cuando se trata de proteger su vida. Por supuesto que existen engaños o juegos que se venden como defensa personal, pero también existen profesores que con buenas intenciones han aprendido y luego enseñan un arte, que en realidad nunca utilizaron más allá del dojo, kwon, etc. Hace un par de años me tocó, por razones laborales, estar en un centro de convenciones, donde entre otras cosas se presentaba una exhibición de defensa protagonizada por un sensei de aikido muy conocido. Aclaro que no tengo nada en contra del arte del aikido, por el contrario me parece algo maravilloso para el crecimiento personal y soy un asiduo lector de Morihei Ueshiba (creador del aikido) y de su obra “El Arte de la Paz”. Pero lo que allí se mostró como defensa personal, es a lo que me refiero en éste artículo como una demostración que lleva a creencias engañosas por parte del público en general. Una persona siendo atacada por no menos de otras diez, que corrían hacia él con el brazo ya extendido en posición de golpe, y volaban literalmente con un solo movimiento defensivo. El éxtasis llegó al público cuando éste sujeto no solo “venció”, sino que además “apiló” a todos los atacantes…
En más de 40 años de entrenamiento y enseñanza y con conocimiento de varios estilos, tengo muy en claro que son muy pocas las técnicas que funcionarían en una situación real por más que muchos maestros digan lo contrario. Mi experiencia en seguridad pública y la investigación de la realidad me dice lo contrario, por más que no quiera.
No es mi intención desprestigiar ninguna disciplina marcial o métodos de defensa, sino proponer otra metodología de enseñanza y entrenamiento para lo que a defensa personal exclusivamente se refiere.
En primer lugar, una pelea real es lo más antiestético que existe. Las técnicas que funcionan no son las más bellas. Esto se ve claramente cuando se realiza un entrenamiento con contacto total y sin reglas. Los peleadores rápidamente se olvidan de las patadas con giro, las técnicas con salto, los lances complicados y las llaves de control de muñeca, por nombrar algunas técnicas. Basta con ver los torneos de peleas "sin reglas" (en realidad, algunas reglas existen) tan populares en la actualidad para darse cuenta de esta realidad. Y los que compiten son personas que entrenan 3 o 4 horas por días o más y saben pegar fuerte. ¿Porque razón entonces nadie realiza ninguna técnica acrobática ni demasiado complicada y se dedican mayormente a lanzar golpes de puño, patadas básicas, derribos simples, forcejeos, y a revolcarse durante minutos por el suelo?
En el entrenamiento real habitualmente no se toma en cuenta la influencia de las emociones (miedo) en una situación real de violencia. La adrenalina y el nerviosismo del momento harán que tu cerebro pierda capacidad de recordar movimientos complicados. De pronto afloran los instintos y las habilidades motoras simples. Son millones de años de evolución que difícilmente sean modificados en 20, 30 o 100 años. Y si uno no incorpora de alguna u otra manera las emociones en el entrenamiento, es probable que el fantasma tan temido del "bloqueo mental" aparezca cuando haya que utilizar las habilidades en un hecho real. El control y el entendimiento de los aspectos psico-emocionales son mucho más importantes que saber tirar un golpe. Sin embargo, nunca o casi nunca se incorporan estos aspectos en un entrenamiento de defensa personal y por lo tanto, se trabaja en forma parcial.
En una confrontación física real no hay preparación. No es como un torneo o una pelea de Ring donde los peleadores saben con un mes de anticipación quién será su rival, lo estudian y entrenan todos los días para prepararse para ese evento. La realidad ocurre cuando uno menos se lo espera y bajo las condiciones más incómodas, y habitualmente uno no conoce a su rival. Por lo tanto, la incertidumbre cumple un rol crítico y mucha gente no se siente cómoda bajo la misma.
No existe consentimiento sobre cómo se peleará. En más, nunca sabrás si el oponente lanzará un golpe, ni cuándo lo lanzará, ni qué golpe, ni cuántos. No existe ningún mérito en defenderse de un golpe que sabes precisamente cuándo y cómo vendrá. Pero el espectador poco entrenado cae fácilmente en la ilusión sin darse cuenta que el consentimiento entre peleadores está ocultando la mas cruda realidad. Hasta la técnica mas rebuscada funcionará cuando hay consentimiento.
Tampoco existe un árbitro que detenga el combate si uno cae al suelo o si ha recibido un golpe fuerte. En la realidad no hay reglas. Y aceptar esto puede hacer que más de una persona entre en pánico cuando esté en las puertas de una pelea real. Del mismo modo, no existe el respeto ni los peleadores se saludan previamente al combate.
Si la confrontación física no se resuelve en los primeros dos o tres segundos, existe una alta probabilidad que los peleadores caigan al suelo y el combate continúe desde allí. Mayormente porque al llegar al combate cuerpo a cuerpo, la tendencia suele ser forcejear y tironear de la ropa, y muy poca gente entrena a ser letal y efectivo en esa distancia tan crítica.
Cuando la pelea continúa más de dos o tres segundos, se requiere un estado físico excepcional para seguir combatiendo. Pelear cansa. Y la adrenalina dura solo unos pocos segundos. Por lo tanto, más vale que seas capaz de finalizar la confrontación de inmediato o se complicará enormemente tus posibilidades de sobrevivir, más aún frente a más de un oponente.
Todas las técnicas funcionan a la perfección cuando el oponente coopera. Pero cuando la cooperación es inexistente y el oponente realmente está pensando en lastimarte seriamente, la mayoría de las técnicas no funcionan en la realidad. Y en la calle no existe la cooperación. Como siempre le digo a mis alumnos: nunca nadie se va a dejar golpear ni doblar el brazo, porque a nadie le gusta ser golpeado y va a tratar de lastimarte seriamente si lo intentas. Entonces, practicar siempre con cooperación puede ocultar la realidad de la violencia y llevarte a cometer errores tal vez fatales cuando tengas que utilizarlo en un hecho de violencia.
En una pelea real pueden ocurrir decenas de errores inesperados. Uno no esta combatiendo en un gimnasio preparado para tal fin, sino en un lugar donde el suelo es resbaladizo, donde hay muchos objetos y muebles con los cuales golpearse y tropezarse, donde hay piedras, vidrios... y lo más importante... el oponente suele tener amigos que no dudarán en ayudarlo. Si uno no incluye estos errores en el entrenamiento y en cambio cada vez que un alumno se resbala se detiene la pelea, entonces cuando se vea en una situación real y le ocurra la misma desgracia posiblemente no sobreviva al no saber como resolver el error.
Finalmente, la gran mayoría de las técnicas que se creen tan letales, no lo son cuando llega el momento de aplicarlas en la realidad. El cuerpo humano puede resistir una gran cantidad de daño. Y más aún si la pelea es con un peleador callejero que sabe pelear, sabe aguantarse golpes, está adrenalizado y peor todavía, está bajo efectos de narcóticos. Derribar a un individuo de un solo golpe no se da con tanta frecuencia como se cree, ni golpear a los genitales no siempre te asegura que logres incapacitar a tu atacante.
En Boxeo Chino, con unas protecciones adecuadas trabajamos lo que se denomina “entrenamiento de estrés” en el que se pelea con algún compañero de entrenamiento, sin reglas, sin consentimiento, sin cooperación e incluso en algún lugar que no sea un gimnasio, como por ejemplo, adentro de un lugar estrecho, en una escalera, en una habitación de tamaño reducido, sobre suelo mojado, etc. Se busca aproximarse lo más posible a la realidad, peleando a contacto, incluyendo las emociones y el diálogo previo al entrenamiento. Se trata de golpearse uno al otro inclusive "haciendo trampa" (en realidad no es trampa porque no hay reglas), y aún más, con la posibilidad de incorporar alguna arma u objeto del entorno durante la confrontación.
Estas son las pautas generales si se desea en realidad practicar artes de combate y/o autodefensa realista. Todo lo demás es lindo, es vistoso, pero alejado de la realidad.